A mis amigos

Después del 20 de julio de 1969 el Doctor Enrique Ernesto Febbraro ponía en marcha una iniciativa que entiendo y comparto… quizás porque soy fanático de la Luna, y tiene un atractivo especial para mí, en lo astronómico, en lo astrológico y en lo romántico. Y entonces, el pensar que toda la humanidad, aquél 20 de julio, estaba pendiente de esa llegada de los astronautas a la Luna, unidos por una ansiedad positiva esperando que todo salga bien, me parece acertado asignarle a este día el nombre de “El día del Amigo”.
Hay personas que esto no lo comparten, quizás por su fobia contra los Americanos del Norte, o quizás porque creen que ni siquiera fue cierto… independiente de ello, recuerdo la movida de aquel entonces, y que escuchábamos por radio los momentos culminantes… a tal punto que luego muchas familias compraron al Reader’s el disco donde estaba grabado el acontecimiento.
Sin embargo, sabiendo todo, a muchas personas les gustaría que el “día del Amigo” fuera el 19 de julio como homenaje al “Negro” Fontanarrosa – el gran Amigo rosarino, amado por los “canallas” y respetado por los “leprosos” – y no puedo dejar de estar de acuerdo con ello… ese también es el “Día del Amigo”…
Pero yendo más lejos podría decir que aquel día que les dije a mis amigos “Susi está embarazada…” , ellos me abrazaron y me dijeron: “Felicitaciones! Contá con nosotros para lo que sea”… ese fue el Día del Amigo! Y también cuando años después una alumna me confió lo mismo, yo tuve para ella la misma respuesta…
Y en cada día en que nacieron nuestros hijos, y estaban mis amigos familiares y otros más… nadie podrá discutir que ese es el Día del Amigo…
Es más, los días de Cumpleaños de personas que amamos… también son el Día del Amigo…
Y cuando, sin motivo aparente hubo quienes compartieron conmigo sus experiencias a cambio de unos mates…
Y cuando muchos dejaron sus cosas para darme consuelo…
Y cuando en la secundaria… y luego en el profesorado… los amigos que estudiaron conmigo… y los que estaban conmigo cuando estudiaba… y los días en que las travesuras nos salieron bien… y cuando nos salieron mal pero estábamos juntos…
Y aquellos días en que esperaba que la tierra se abra y me tragara para siempre, y llegaron los abrazos salvadores… y las manos en el hombro… y esos tiernos empujes para salir a flote… esos también merecen ser el “Día del Amigo”…
Y puedo seguir, y cada uno puede seguir… y seguramente encontrar en los 365 días del año y en los 365 del año próximo y el siguiente y el otro… una razón y un amigo…
Los escritores, los filósofos, los artistas (pintores, escultores, músicos, cantantes), todos dedican importantes trabajos al amigo o a la amistad… Roberto Carlos quiere tener un millón… Vinicius busca uno… Rudyard Kipling dice que será uno entre mil… Alberto Cortez reconoce una eterna deuda con sus amigos y que cada uno es irreemplazable… decir amigo es decir siempre, lo tuyo nuestro y lo mío de los dos… decir amigo es decir ternura… es lo que sostiene Serrat…
Finalmente pienso que al amigo, para honrar esa amistad, no hay que darle el tiempo que nos sobra, sino el que necesite… y así seremos amigos de nuestros amigos…
Hoy, esta angustiante cuarentena que nos limita uno de los más maravillosos gestos de la «Amistad» que es el «Abrazo», también hace que la revaloricemos… Así que, aunque los 20 de julio – con toda justicia – festejemos especialmente el día del Amigo, no nos olvidemos que luego tenemos el compromiso por el que debemos garantizar que esa amistad continue el resto de nuestras vidas…
A mis amigos que me dieron mucho más de lo que podré darles jamás… muchas gracias y muy feliz día!!!

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