A nuestros maestros…

En el medio de la globalizacion en que vivimos, el 11 de  septiembre es un día que hoy es recordado en el mundo por el atentado a las torres gemelas… sin embargo los Argentinos conmemoramos a Sarmiento y con él al Maestro…
Sarmiento, perseguido y perseguidor, personaje controvertido de nuestra Historia, quizás por ello las y los Maestros heredan esa polémica de la obligación, la vocación y los derechos que confiere el trabajo.  Y como discutimos a Sarmiento, también cuestionamos la Educación y al Maestro. Lo hacemos las personas comunes, pero también lo hacen otros… a los políticos y a los gobernantes les queda cómodo encontrar un «chivo expiatorio» en el Maestro para justificar los males sociales. Entonces muestran a los grandes de la historia para mostrarnos un destino que no podemos alcanzar…
Quién puede ser como Sarmiento, como Pizzurno, como Rosarito Vera o como el mismísimo Almafuerte… ellos pertenecen a una historia que siempre debemos recordar, pero hoy es preciso que nos centremos en los Maestros de estos días, los que construyen la Educación en la «trinchera», los que están en las aulas, los que viajan muchos kilómetros, los que hace muy poco han podido desempolvar sus ganas de encontrarse fisicamente con los alumnos, mirarse a los ojos y todavía muy a su pesar, se guardan las ganas del abrazo…
Tenemos que mirar en esa historia que está pasando ahora… que es de hace un ratito… pero que en la Argentina lleva ya mucho tiempo…
Estas Maestras y estos Maestros son los que han trabajado a destajo durante la pandemia, incorporándose a una tecnología que conocían poco, preparando sus clases con la misma vocación,  pero sin poder palpar los efectos como antes…
Son las mismas y los mismos que siempre equilibraron las diferencias sociales proveyendo de lápices, hojas, reglas y hasta algún saquito o zapatillas…
Que  han llorado de impotencia cuando se enteraron que «Pedrito», el de la cara sucia, perdió a su Mamá y su Papá se quedó sin trabajo…
Las y los que indagan con delicadeza para saber por qué «Julita» tiene moretones en los brazos…
Que a escondidas, les entrega a los «melli Fernández», un paquete con polenta y yerba para la «Mami»…
Maestras y Maestros que recorren las calles por Censos y visitas domiciliarias… que si es  necesario se meten en el medio del maltrato de madrastras o padrastros para con sus hijos…
Que se perfeccionan constantemente con el afán de buscar mejores posibilidades para los alumnos aunque sepa que el tiempo no le va a alcanzar… y se anotan para presidir las mesas en las elecciones para ganar un «mango» más,  pues no alcanza el sueldo…
También son aquellas (privilegiemos a las Maestras que son más) que vuelven a casa con preocupación por las cosas que han pasado en el día, lo que sucede en las casas de sus alumnos… pero también por lo que sucede en la suya… con su pareja, sus hijos o la infinidad de cuentas por pagar que se van rotando, y sus expectativas de futuro y algunos sueños que se van diluyendo en la agobiadora realidad…
Pero al siguiente día, cuando se prepare para ir a la Escuela, sea de  mañana o de tarde,  antes de salir, se mirará al espejo… ensayará una sonrisa y ya estarán sus sueños renovados para poder invitar a sus alumnos a un mundo mejor…
Yo pude ver de muy cerca los sacrificios de las Maestras y Maestros… de todos los niveles y modalidades… y puedo decir, con absoluta certeza, que el salario de los maestros no tendría que discutirse… porque debería ser de excelencia… y así dedicar su esfuerzo a pleno… porque son los que están moldeando el futuro de la Patria…
En España, el Poeta Patxi Andión, describe un Maestro parecido a las nuestras y los nuestros… y una sociedad de la que nos debemos distanciar… ayudemos al Maestro y ayudaremos a nuestros hijos…

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