En el final del día, acostumbramos a llevar a cabo una revisión de lo realizado en la jornada y sacamos la cuenta de lo que hicimos, pagamos, gestionamos, ayudamos y también lo que olvidamos…
Claro, es verdad, no lo hacemos todos los días, ni tampoco todas las semanas… ya en cada fin de mes nos vamos poniendo las pilas… y a fin de Año sí, la evaluación… el balance, se hace más exhaustivo… y vemos si nos ha sobrado algo de dinero, o tenemos acceso a un crédito para las vacaciones…
Y de paso visitar a algún familiar o un querido amigo… y en ese tiempo que es para descansar también nos queda saldar esa «deuda» afectiva que tenemos con familiares y amigos…
«A este lo visitamos para Semana Santa, a ella en las Vacaciones de Invierno, estos otros los vimos en el Finde Largo….» Algunos están tan lejos que solo están en los Sueños y en la Esperanza de «Algún día…»
Así siguen nuestras tribulaciones para equilibrar los deseos de «abonar» la deuda emocional…
Este año, con las dificultades que hemos tenido llegamos al final con una «deuda descomunal»… tenemos amontonados los «Acreedores» y sentimos el corazón estrujado buscando a quien pagar primero!! Y no es por los otros… es por nosotros y esa necesidad de hacer lo que durante todo el año no pudimos… aunque, gracias a la tecnología, nos pudimos ver y hablar a pesar de la distancia, no es lo mismo… no es lo mismo que el contacto, que poder mirarse a los ojos, que darse la mano o abrazarse… que compartir comida, bebida o simplemente tiempo…
Y así podemos decir que este año nos ha dado unas cuantas lecciones… una emoción fuerte que llegó como regalo de Navidad, de Fin de año y adelantado de Reyes también, nos ha permitido llegar hasta este dia con una mejor mirada hacia el futuro… pero esto no nos libera de la falta que hemos cometido con tantos amigos y familiares que no hemos podido ver ni visitar. Y en el medio de nuestra algarabía, deberíamos evaluar nuestras faltas… cuántas veces el temor nos encerró más de la cuenta; cuántas veces la falta de empatía relegó la ayuda que debíamos haber dado; cuántas veces cuestionamos a los demás, mientras estábamos en falta…
Otra vez los Argentinos, fuimos salvados de un año vino a golpear en la puerta de nuestra conciencia… y la salvación llega con un ejemplo… la necesidad de trabajar en equipo…espero que podamos escuchar su voz y en el próximo año ser más Solidarios, practicar más la Empatía, estar dispuestos para cambiar nuestros paradigmas… y principalmente Juzgar menos y Amar más…
El año que está pasando ha tenido luces y sombras… quedémonos con las luces, pero no olvidemos las sombras… y así iniciar un Nuevo Año con Fe y Esperanza…
Es mi deseo que el 2023 se inicie con Paz y Felicidad para todos…