«La Patria existe y triunfará, y yo empeño mi palabra de honor de dar en breve un día de gloria a la América del Sur». Estas fueron palabras del General San Martín luego de que sus tropas fueran dispersadas en Cancha Rayada el 19 de Marzo de 1818…
Y verdaderamente no pasó mucho tiempo pues el 5 de Abril ya estaba el Ejército Unido en los llanos del río Maipo, 10km al sur de Santiago de Chile, dispuestos para la batalla…
Todo comenzó cerca del mediodía y terminó pasadas las 5 de la tarde… en esas horas tuvieron lugar cruentos combates e increíbles muestras de valentía…
Al respecto diría el General San Martín:
«Con dificultad se ha visto un ataque más bravo, más rápido y más sostenido, y jamás se vio una resistencia más vigorosa, más firme y más tenaz».
El Gran Capitán siempre ponderaba a los soldados, pero al mismo tiempo sabía generar en ellos la fidelidad y el patriotismo… nunca faltaba un vinito o un licor para estimular el valor y amainar el rigor de la disciplina..
En Maipú los patriotas se «jugaron el cuero», Osorio el General Español huyó con el rabo entre las piernas…y así se dió el golpe definitivo al Ejército Realista, logrando asegurar la Libertad de Chile, dominar el Pacífico y la favorecer los éxitos en la lucha por la Independencia Americana como fueron Boyacá a corto plazo y Ayacucho el triunfo definitivo…
En los cerrillos del Maipo y en la localidad de Lo Espejo quedó un reguero de valerosos soldados que dieron su vida por la causa…
Al final de la batalla entre Álvarez Condarco y Ordoñez llegó de Santiago el General O´Higgins, convaleciente de su herida en el brazo derecho, con 1.000 soldados más en el momento en que Ordoñez se entregaba y era tomado prisionero. Fue allí cuando O´Higgins le dice a San Martín “Gloria al salvador de Chile” y el Libertador le contesta “General, Chile no olvidará jamás el nombre del ilustre inválido que el día de hoy se presentó al campo de batalla en ese estado”.
Y así, con un elogio para su amigo herido en Cancha Rayada, San Martín daba muestra de su humildad…
Un año antes, al término de la Batalla de Chacabuco a San Martín le fue ofrecido el cargo de Director Supremo de Chile el que rechazó para continuar su campaña y también le fue otorgado un premio de diez mil pesos fuertes, que por recomendación de O’Higgins fue obligado a aceptar, pero inmediatamente donó para la creación de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile…
En poco más de un año de campaña en Chile, San Martín demostró todo… su capacidad organizadora, el dominio de la estrategia, su carisma para motivar, su generosidad, su valor, su honestidad… pero sobre todo su humildad, para no hacerse único merecedor del logro que fue conquistado por tantos…
Hoy a 204 años de Maipú quisiera que cada político, cada empresario, cada trabajador, cada profe, cada estudiante, cada doctor, abogado, etc. , etc., consideraran tener un poco de esa conducta Sanmartiniana… solo se trata de honestidad y Empatía… y posiblemente sería un país mejor…