Descubre la libertad sobre dos ruedas

Hoy 3 de Junio es el Día Mundial de la Bicicleta… a diferencia del Día 19 de Abril (que se pone en relación al viaje en Bicicleta que realizó el Bioquímico Suizo Hofmann, bajo los efectos del alucinógeno LSD) no responde a ningún acontecimiento en especial, simplemente trata de resaltar los beneficios por el uso de este vehículo…
Junto con las canoas y otros tipos de navegación a vela, son los medios de transporte más ecológicos y saludables al mismo tiempo.
Hace 207 años, en el Gran Ducado de Baden, Karl Drais probó la «máquina para correr» que acababa de inventar. Esto fue el 14 de junio de 1817. Al año siguiente Louis Joseph Dineur lo llamó «Velocipedo». En 1834, el relojero Julie Benjamín Roussel intentó hacer que el «Velocipedo» se moviera usando una cadena de transmisión giratoria…pero recién en 1861 Pierre Michael inventó el Pedal. A fin de esa década se incorporan las ruedas de caucho macizo y el 7 de noviembre de 1869 se realiza la primer carrera a campo traviesa que unió París con Rouen… y en lo que resta del siglo XIX, la máquina evolucionó de diversas formas y se transformó en lo que conocemos actualmente como bicicleta.
Como todas las cosas que usamos, la «Bici» atravesó un importante proceso de transformación pero continúa con las mismas características y produciendo las mismas sensaciones…
Felicidades para quienes gozan del extraordinario placer de trasladarse en dos ruedas siendo su propio motor… Un saludo especial para los Bicicleteros Venadenses, Camarassa, Pierini y de Santa Isabel el Profe «Bolsa Street»
De regalito una joyita de José Pedroni… quien en ocasión de inaugurarse el Velódromo Municipal de Ciudad Esperanza, en Argentina, se le pidió un poema alusivo y así nació “La bicicleta con alas”. Fue casi una despedida. El 4 de febrero de 1968, José Pedroni voló hacia otros mundos.

La bicicleta un día va a volar.
La bicicleta de todos.
Ya lo verán.
Le están saliendo las alas.
Son de verdad.
El niño quiere que vuele,
y volará.
El niño irá por el aire
a comprar el pan;
dará una vuelta al campanario
de paloma y cal.
El niño y la paloma
sobre la ciudad.
El niño acompañando al ganso blanco.
Eso se verá.
La bicicleta un día va a volar
Le están saliendo las alas.
Ven a mirar.
Mira, como el lirio de los campos.
No pienses mal.
Las alas tienen miedo de algo.
Salen y vuelven a entrar.
Miedo de nosotros,
quizás.
Junto al caballo
es que desciende el ánsar crepuscular.
Cuando me ve,
se va.
¿Quién soy?
¿Por qué se va?
Tan pronto los hombres
ganen la paz,
la bicicleta de todos
volará.
La que duerme en las puertas de los cines
volará.
La del cartero
volará.
La de la reina Guillermina, 
volará.
La mía y la tuya
volarán.
Por arriba del humo y de los cables
me verás.
La bicicleta tendrá un solo nombre:
Libertad.
El ángel de las aguas
ya no se irá.
Calle ancha del cielo
para mirar.
Flores que nunca vimos,
aquí, allá.
Habrá tiempo para mirar.
Cuánto tiempo perdido,
¡ay!
Tan pronto los hombres
dejen de guerrear,
la bicicleta del mundo
volará.
Todos los pueblos tendrán un velódromo
donde los niños correrán.
De allí alzarán el vuelo.
Darán una vuelta sobre el mar.
Si no lo hubiera
sobre el trigal;
si no lo hubiera,
irán donde lo haya y volverán.
Ir y volver
será como cantar.
Porque la bicicleta
tendrá alas de verdad.
La del cartero, la de la reina Guillermina.
Nadie se caerá.
Todo es cuestión que los hombres
ganen la paz.
José Bartolomé Pedroni (1967), poeta argentino

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