Un 16 de Septiembre, en el siglo pasado, allá por el año 1976 cuando la oscuridad de la noche se adueñaba de las calles de La Plata, un grupo de tareas del recién comenzado gobierno de facto, comenzaba, con el objetivo de evitar la «Subversión en las Escuelas», con el secuestro de jóvenes entre 16 y 19 años en el episodio que llevó el nombre de «La noche de los Lápices»…
Los jóvenes, algunos de los 10, protestaban por el boleto de autobús con descuento estudiantil, derecho que se perdiera con el golpe de estado… Y, cómo todo adolescente, eran idealistas… algunos y militaban en distintas organizaciones sociales… Otros solo eran parte de los centros estudiantiles…
El objetivo de la razzia fue principalmente disciplinar ideas… no solamente de jóvenes, sino también de adultos, porque eso es lo que genera el ejercicio de la violencia impune… un ahogamiento de la voluntad… pero muchas veces genera una violencia del mismo tipo o a veces mayor…
Por eso es necesario otorgarle a nuestros jóvenes todas las herramientas necesarias que los guíen para realizar sus proyectos, manifestar sus ideas, tener sus diferencias, expresar sus opiniones y aceptar las de otros con la capacidad de luchar por sus convicciones pero con tolerancia y respeto por las ideas ajenas…
Los Centros de Estudiantes son el ámbito ideal para desarrollar en los jóvenes la máxima de Voltaire que decía: «Pienso diferente a Ud. pero daría mi vida por vuestro derecho a expresarse»… y bregar para que no estén viciados por intereses personales y promuevan acciones solidarias y debates en libertad…
La dictadura dejo una herida en la sociedad que plasmó un paradigma en la Sociedad que aún hoy perdura… muchos somos culpables de nuestro propio silencio al pensar «algo habrán hecho», cuando por temor justificábamos el abuso de poder, la persecución y el secuestro… Y si!… estos pibes algo estaban haciendo… estaban comenzando a pensar… Y tibiamente a actuar…
En estos tiempos los Estudiantes necesitan más que nunca el espacio donde desarrollar su Empatía, donde formarse como personas solidarias y constructivas… donde poder lidiar con las «Doctrinas» sin tener que recurrir a la agresión ni a la violencia para respaldar una idea. Un desafío enorme para los Docentes en la realidad de hoy… pero también es un desafío para la sociedad que debe sacarse el traje de las «broncas» y el de los intereses personales para poder desarrollar una sociedad más justa aún en la diversidad de pensamiento…
Es necesario promover a la Lectura y la Participación para que «todos» los jóvenes puedan ver la realidad con todas sus «Aristas», «Bondades» y «Miserias».
El recuerdo de los desaparecidos y también los sobrevivientes de aquella Noche de los Lápices debe ser una piedra angular para cualquier doctrina que pretenda el bienestar de la sociedad, con Libertad, Igualdad y Fraternidad…