Nos hemos acostumbrado a ver como la historia nos cuenta el lado romántico de las contiendas bélicas, en donde valerosos guerreros, con la habilidad de su estrategia logran sobreponerse y vencen a su enemigo… quien no siempre es vil y malvado, sino prisionero de intereses y convicciones diferentes…
Y al final de la batalla… loas al vencedor! Y el derrotado, huye o se rinde caballerosamente entregando sus armas…
Y las crónicas hablan del valor… y los artistas plasman en el lienzo o en el mármol la gloria de los magníficos paladines…
Pero detrás de estos acontecimientos que admiramos, la tragedia está presente SIEMPRE… muy pocas veces la vemos… solo los que están allí saben de ella…
Con tantos siglos como la historia del hombre, la historia de las contiendas siempre reproduce lo mismo… después de la lucha queda el campo de batalla regado de sangre de los muertos y los heridos…
No muy conocida es la historia de las Niñas de Ayohuma donde la «Parda» María Remedios del Valle (Madre de la Patria) y sus hijas asistían a los patriotas en esa batalla… dando cuidado y consuelo a los heridos… (debería hablarse más de ello, especialmente en las escuelas, porque va a salir el billete de $10.000 donde está acompañando a Manuel Belgrano y poco se sabe del tema).
Pero esta es otra historia… En el norte de Italia en junio de 1859 un ejército Piamontés y Francés se enfrentaba con otro Austríaco… más de 300.000 hombres se enfrentaron por los derechos territoriales, de los que los combatientes, posiblemente, poco supieran… Y luego de 15 horas de metralla y sable, en el campo de Solferino yacían más de 40.000 hombres gravemente heridos abandonados a su suerte…
Jean Henry Dunant era un banquero suizo que, mientras se dedicaba a sus negocios en Argelia, viajó al Norte de Italia en la misma fecha del acontecimiento y al anochecer, visitó el campo de batalla de Solferino, el 24 de junio de 1859.
Dunant vió morir a muchos hombres sin asistencia de ningún tipo, y, ayudado por gente de las poblaciones cercanas, aquel fatídico día el hombre de negocios se remangó la camisa y dirigió la evacuación de los heridos a cientos de hospitales cercanos, para socorrerlos y atenderlos, sin importar de qué bando eran…
«Tutti fratelli» (todos hermanos) se decía… y se asistía a todos…
Brescia, Castiglione dello Stiviere y la propia Solferino duplicaron su población solo con los heridos que les llegaban por oleadas merced a lo que organizaba Dunant…
Quedó tan impresionado por esta experiencia que tres años después publicó sus reflexiones para ayudar en situaciones parecidas, en un libro titulado «Un souvenir de Solferino». Un libro que fue el germen de la Cruz Roja.
En febrero de 1863, un comité formado por cinco miembros, el futuro Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), se reunió para estudiar las propuestas de Dunant y en la primer Conferencia Internacional que contó con la presencia de los delegados de catorce gobiernos y además de adoptar diez resoluciones y prever el establecimiento de sociedades de socorro a los militares heridos (las futuras Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y, más adelante, de la Media Luna Roja), la Conferencia Internacional también designó la cruz roja sobre fondo blanco como emblema distintivo uniforme. Como el símbolo debía reflejar la neutralidad de los servicios médicos de las fuerzas armadas y la protección que se les confería, el emblema adoptado se creó invirtiendo los colores de la bandera Suiza… debido a su estatuto neutral permanente que ya se había establecido firmemente en la práctica. Por otra parte, la bandera blanca era y sigue siendo el signo distintivo del parlamentario o de quien se rinde.
Además ofrecía las ventajas de ser un signo fácil de confeccionar y reconocible a distancia por sus colores contrastados. Tiempo después, durante la guerra ruso otomana se incorpora la Media Luna Roja, para no herir la sensibilidad de los musulmanes…
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja realiza su labor bajo siete principios fundamentales que rigen las actuaciones de esta organización, creando un vínculo de unión entre las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el Comité Internacional Cruz Roja y la Federación Internacional Cruz Roja.
Estos Principios Fundamentales garantizan la continuidad del Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y su labor… vale la pena recordarlos en estos tiempos, en los que no siempre los tenemos presentes:
Humanidad
Imparcialidad
Neutralidad
Independencia
Voluntariado
Unidad
Universalidad
En nuestras escuelas (al menos en muchas de ellas) existe un organismo interno que intenta reproducir los valores de la Cruz Roja para que los niños y jóvenes crezcan en un ámbito de fraternidad y contribución…
El 8 de mayo es el día del natalicio de Jean Henry Dunant y en homenaje a él se conmemora el Día de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
El médico militar noruego Hans Daae abogó por el caso Dunant ante el comité Nobel y fruto de esas gestiones recibió el que fue «El primer Premio Nobel de la Paz». Por esas razones que tiene la Política fue compartido con el pacifista francés Frédéric Passy, fundador de la Liga de la Paz y activo con Dunant en la Alianza por el Orden y la Civilización, pero el Comité Internacional de Nobel distinguió especialmente al «Protagonista de Solferino»:
«No hay hombre alguno que merezca más este honor, pues fue usted, hace cuarenta años, quien puso en marcha la organización internacional para el socorro de los heridos en el campo de batalla. Sin usted, la Cruz Roja, el supremo logro humanitario del siglo XIX probablemente nunca se hubiera obtenido».
Este simple agente Bancario dejó un sello de solidaridad en una de las peores caras de la humanidad… y con su «Souvenir de Solferino» nos recuerda que somos «Tutti Fratelli»… todos hermanos… un tema para trabajar en las Escuelas, pero no un solo día…
Hoy la humanidad se debate en guerras a las que ya le están dando el nombre de «La tercera»… allí seguramente está presente la Cruz y la Media Luna Roja… sin embargo, pareciera que no hay aprendizaje de la experiencia… y el «Souvenir de Solferino» todavía es un regalo que está esperando ser abierto…