Las heladas cumbres fueron testigos inmutables, los cóndores, curiosos y sorprendidos de que se animaran a llegar a sus dominios, los vieron pasar… hasta las piedras sueltas de caminos, senderos y picadas parecían afirmarse bajo el paso seguro de un río de hombres que subían las durísimas cuestas del Ande… ese Ande majestuoso, de áridos coloridos, de aguas que bajan en gélidos hilos de hielo, de intrincados caminos e inmensos abismos, un Ande infranqueable… casi… casi infranqueable… porque por 27 días, desde el 17 de enero al12 de febrero se vio invadido por una multitud de intrépidos hombres de mirada seria y ponchos azules que sin prisa pero sin pausa marchaban a pie, a caballo, en mula, empujando carros o cargando pertrechos, por los escarpados senderos de la Gran Cordillera…
Apenas empezaba el año de 1817 y la idea de Libertad comenzaba a ser una realidad…
El Gran Capitán y sus Oficiales conducían la tropa… por seis días que avanzaban uno descansaban, el frío de las noches los encontraba agrupados compartiendo las mantas y su propio calor… y al asomar el día con las primeras luces del alba, el sol mismo se sorprendía al ver a todos en el camino… Negros, Mulatos, Indígenas, Criollos… Argentinos venidos de Europa y Chilenos refugiados en Cuyo… todos compartían penurias a 4000 metros de altura…
Cuál habrá sido su preparación, para que luego de más de 20 días de cruzar las montañas de las más altas del planeta, toda esa tropa tuviera la fortaleza y convicción para combatir contra un enemigo que, más allá de las diferencias, era también formidable…
La Historia da cuenta de todo… de la bravura de O’Higgins y Cramer, la disposición de Soler, el coraje de Zapiola y por supuesto de la genialidad de San Martín, ante quien el mundo entero se saca el sombrero por su capacidad estratégica…
Pero el General de los Andes no solo escribió la historia con hechos… nunca mezquinó la pluma para alabar a sus soldados y dejar en claro que a cada uno de ellos… esos Corajudos sin nombre, que pusieron el «cuero» sin dudar y ofrecieron su vida… se debe la Gloria de Chacabuco…
Chacabuco fue un solo día… pero se debió a mucho tiempo de preparación con disciplina y valentía… tras las montañas en la comarca Cuyana… la tierra de las uvas y los olivares… todos los destinados para el Cruce y el Combate dejaron el sudor de su sacrificio, pero llevaron consigo el corazón de los que se quedaron en cada parte de sus pertrechos… en la lana de sus ponchos, en el acero de las bayonetas, el bronce de los clarines, en las cebollas y el ajo para la puna… en el charque salado y en el ganado para faenar en el camino… y por supuesto en la Bandera amorosamente bordada por las Damas Mendocinas…
Chacabuco fue la seguridad de Libertad para Argentina y el inicio de Independencia para Chile y Perú…y fue el resultado de una Mente Genial, para algunos habrá parecido delirante e imposible… de pie frente al macizo Andino, aún hoy cuesta entender… sin embargo hubo un pueblo que creyó… y se subordinó a la idea del bien común y actuó en consecuencia… con generosidad, con solidaridad, con empatía, con valor… y con la infaltable Humildad… para reconocer la importancia de cada uno como una pieza infaltable en esa Máquina formidable e impetuosa que buscaba la Libertad…
El Cruce de los Andes y la Batalla de Chacabuco son un ejemplo ineludible al momento de mostrar los valores que nos representan… desde la Coherencia de los Jefes al Valor de los Soldados y la Cohesión de la Sociedad Cuyana en pos del Objetivo Libertario…
En la ciudad de Mendoza, en la cumbre del Cerro de la Gloria está el Monumento al Ejército de los Andes, erigido en conmemoración a la Batalla de Chacabuco en el año1914, representa las vicisitudes que vivieron los protagonistas en aquella época… Los artistas Juan Carlos Oliva Navarro, Víctor Garino, Víctor Calistri,: Víctor Guarini, Víctor Cerini, y el ingeniero José García, bajo la dirección del Escultor Uruguayo Juan Manuel Ferrari dieron forma en el Monumento a una variada suma de Alegorías muy interesantes.
Una de ellas es la de un Cóndor, el soberano de los Andes, que alza vuelo pero por más alto que vuele, nunca lo hará por encima de la Patria emancipada ni de la tropa de Valerosos Soldados que luchan por ella.
En otra está el General San Martín montado sobre un caballo que tiene apoyadas sus cuatro patas (símbolo que murió en la vejez y no en batalla), a su derecha están sus Granaderos antes de partir a la contienda y a su izquierda están los mismos soldados que han vuelto cubiertos de gloria… El bronce muestra a los jinetes Erguidos y Prestos de ambos lados, no pasa lo mismo con la cabalgadura… la que ha regresado está agotada, sin fuerza y con su cabeza gacha… He aquí la muestra de lo que los ideales hacen con los hombres… mantienen intacta su Hidalguía, su Fervor y su Amor a la Patria… solo necesita una mente clara, impoluta, de principios sin tacha, para que los impulse… como lo fue San Martín que los mantuvo hasta el fin de sus días… Su Pasión fue la Libertad, pero su Visión era la de una Patria única Americana, lo que no consiguió… el Monumento da cuenta de ello con el Escudo Argentino que tiene parte de sus laureles incompletos…
Gloria Eterna al Libertador José de San Martín, a su Ejército de los Andes y al pueblo Cuyano que confió en su mando…
Viva la Patria!!!