Francisco Pascasio Moreno, conocido como el Perito Moreno, a quien hoy se rinde homenaje con el «Día de los Parques Nacionales», fue el artífice del delineado de nuestra frontera con Chile, no solamente por su destacado saber enciclopédico como geógrafo, sino por su conocimiento «in situ» de cada detalle de nuestra geografía austral y la idiosincrasia de sus habitantes… Su sensibilidad le llevo a relacionarse muy bien con los Caciques Inacayal y Sayhueque (aunque este último lo tuviera cautivo un tiempo) lo que le permitió explorar la zona de los grandes lagos y cambiar el paradigma de «Tierra Maldita» que estableciera Darwin…
Con su trabajo, el Perito, logró conservar un amplio territorio en el dominio Argentino y un favorable laudo arbitral en la determinación de las fronteras con Chile, especialmente en el Sur…
Pero detrás de ese científico aventurero y emprendedor también existió un hombre con una fuerte empatía con la niñez desvalida…
Dijo una vez: «un niño con barriga vacía, no puede aprender a escribir la palabra pan» y por ello en 1904 creó los comedores escolares donde, diariamente, se servían 350 platos de sopa costeados por él. Para hacer frente a los gastos, vendió tierras que el Gobierno argentino le otorgó como reconocimiento por su trabajo como perito de límites.
Pasados más de 100 años en que Moreno donara los terrenos para la Constitución del primer Parque Nacional, cada vez que disfrutemos de los maravillosos paisajes de nuestros Parques Nacionales, recordemos como enseñanza estos dos aspectos de Francisco… Su dedicación por la Patria geográfica sin descuidar su compromiso con la Patria Humana… La de los nativos y la de los niños…