El Valor de la Valentía y el Compromiso de Carlos Fuentealba

Mi tumba no anden buscando
porque no la encontrarán…
Mis manos son las que van
en otras manos tirando…
Mi voz, la que está gritando,
mi sueño el que sigue entero
y sepan que solo muero
si ustedes van aflojando
porque el que murió peleando
vive en cada compañero
(Milonga del Fusilado de Carlos María Gutierrez y José Luis Guerra)

Carlos nació en la localidad de Junín de los Andes, en el sur de la provincia de Neuquén, localidad cordillerana donde acuño el amor por lo natural, por las actividades al aire libre, por la libertad.

Se recibió de Técnico Químico y luego, fue empleado de comercio, albañil, trabajador de la UOCRA y finalmente y con gran sacrificio suyo y de su familia, ya constituida, obtuvo el título de Profesor en la Enseñanza Primaria (mientras sostenía a su familia trabajando de albañil).

Una vez recibido de maestro, y con el título de Técnico Químico inició su carrera docente dictando clases en colegios secundarios de la ciudad de Neuquén. Como muchos profesores, se desempeñó en muchos establecimientos, pero fue en el CPEM Nº 69, en una de las barriadas humildes de la ciudad donde más se arraigó. Allí concentraba la mayor cantidad de horas al iniciarse el ciclo lectivo 2007.

Carlos no fue un hombre indiferente la situación social. Militante político y social, sensible a los  padecimientos de los excluidos por el sistema. Comprometido con la defensa de la educación pública. Asimismo, respetuoso de las decisiones orgánicas de las organizaciones a las que perteneció, con una muestra clara de aceptación de las decisiones democráticas y compromiso con su cumplimiento.

Al mismo tiempo, fue un padre protector de Ariadna y Camila y compañero de vida y de lucha de Sandra.

Brevemente, con la simpleza y profundidad que ha caracterizado su vida, estas pocas líneas son sólo una pincelada de su rica y  entrañable existencia.
Y un día su vida fue arrebatada por el abuso de poder, pero su corta existencia fue notable y su conducta y su ejemplo lo hacen PATRIA…

¿QUÉ ES LA PATRIA?

– ¿Qué es la Patria Señorita? – preguntó interesada la niña.
La maestra se acarició el mentón, luego refregó sus manos, y aclarando su voz contestó:
– La palabra Patria, designa a la tierra natal o adoptiva a la que un individuo se siente ligado por vínculos de diversa índole, como afectivos, culturales o históricos… pero… – la maestra se interrumpió
– Pero qué seño?

– Pero es mucho más que eso…, es el aroma de las flores de tu jardín, es el blanco de las cumbres nevadas y el dorado de los trigales maduros… el sonido del agua cayendo cristalina en las cascadas, el canto de los pájaros en la mañana… y es también el sudor de la gente que trabaja, tu guardapolvo blanco y la Bandera en el mástil de la escuela… y la sonrisa de los abuelos, el llanto de los niños recién nacidos y las lagrimas de sus padres… ⁷ – la maestra inspiró profundamente – pero la Patria, queridos niños… La Patria es principalmente… la sangre derramada por sus Héroes y Mártires…  
– Como San Martín y Belgrano, no?  – preguntó la niña.  
– Si… como San Martín y Belgrano… y los Héroes de Malvinas… pero hay otros – la maestra volvió a suspirar – les voy a contar de uno que conozco desde hace 8 años…
– Ah, sí, cuente, cuente –  gritaron los niños en coro.
– En la provincia de Neuquén,  – comenzó la maestra – vivía un Rey llamado Carlos, era Profe de Química…
– ¿Cómo que era un Rey seño?
– Los alumnos lo habían elegido como el Rey del Colegio, y por supuesto lo querían mucho, porque a pesar de sus bajos ingresos, siempre se las arreglaba para atender las necesidades de sus alumnos… enseñarles, contenerlos y  entenderlos. Y era un Rey en su casa, pues su esposa, que se llama Sandra, lo adoraba, junto con sus hijas Ariadna y Camila… y admiraba su vocación docente y su permanente esfuerzo por ofrecerles una vida digna y plena de valores…
– ¿De valores como coraje o valentía?
– Si, y también de respeto por los demás, de solidaridad, de afición al trabajo, la verdad y la justicia – la maestra hizo silencio, tratando de ordenar sus ideas, los niños la miraron atentos – saben ustedes – prosiguió – que más de una vez, los trabajadores no ganamos lo suficiente de acuerdo a la tarea que realizamos, o no están las condiciones adecuadas, entonces los gremios discuten con los patrones y algunas veces llegan a ponerse de acuerdo, y otras…  – la voz de la maestra se apago, y un manto de tristeza cubrió su rostro…
Los niños respetaron el silencio pero, al cabo de un instante insistieron
– Y otras?
La maestra carraspeó, se aclaró la garganta y continuó:  
– Otras veces cuando no se puede llevar adelante un acuerdo, porque no hay oferta de aumento, ni mejora de las condiciones, ni nada, los trabajadores nos reunimos en una Asamblea y entre todos se toma la decisión de elegir una forma de llamar la atención y hacer ver a todos la desigualdad y el sufrimiento… esto a veces pasa aquí, pero esta historia ocurrió en Neuquén hace 8 años, y en esa Asamblea estaba Carlos – el Rey del Colegio – fiel a sus convicciones participando con sus opiniones y sus  ideas… Era una asamblea de Maestros de Neuquén que no habían iniciado las clases y llevaban casi un mes sin clase…
– Y todavía no les daban bolilla Señorita?!
– Así es, y estuvieron discutiendo un largo rato, cada uno proponiendo y argumentando, hasta que por fin tomaron una decisión…
– Y qué decidieron Seño?
– Decidieron hacer un corte de la ruta 22 al sur de la ciudad de Neuquén a la altura de  Arroyito como medida de protesta…
– Eso era lo que pensaba el Rey Señorita?
– No, pero como era respetuoso de las decisiones de la mayoría, y aunque consideraba peligroso el lugar, igualmente asistió la mañana del cuatro de abril…
Un silencio invadió el aula…
– ¿Igual fue aunque no estaba de acuerdo y era peligroso? – dijo un niño desde atrás del aula.
– Eso se llama respetar la decisión de la mayoría y tener la valentía de seguir adelante.. – dijo la maestra reanudando el relato – aunque lo sabían peligroso, nadie imaginaba lo que iba a suceder… Cuando los maestros comenzaron a llegar, la policía por mandato del Gobernador Jorge Sobisch, ya estaba preparada para echarlos del lugar, había camiones hidrantes y cientos de policías armados, pistolas, escopetas, granadas y grandes escudos… y antes que se produjera la concentración, comenzaron a tirar balas de goma y granadas de gases lacrimógenos… y los maestros se dispersaron – la maestra volvió a aclarar su voz – y cuando se organizaban para retirarse del lugar, un individuo de nombre Poblete dispara su fusil con una granada a dos metros del automóvil en que viajaba Carlos con sus compañeros…
Una lágrima se deslizó por el rostro de la maestra –  
– Y aunque lucho en el hospital por su vida, el impacto de la granada en su cabeza fue muy fuerte… pero él nos dejo una enseñanza muy grande… y puede decirse que es de amor a la Patria…

– Y cuál es Señorita – preguntaron los niños en coro.

– Mis queridos niños… El Rey podría haberse quedado en su casa tranquilamente, y nadie le habría dicho ni reclamado nada. Sin embargo asumió el compromiso y se hizo presente para aportar su granito de arena… por ello,  en cada pequeña cosa que hagamos por los demás, en cada vez que hagamos lo correcto… como con cada cosa simple que realizó Carlos Fuentealba, Rey de la EPCM N° 69 de Neuquén, estaremos sirviendo a la Patria… y ahora, es nuestro deber, y al mismo tiempo un legado de continuar realizando cosas buenas, y no olvidar de juntarnos en Abril para perdurar su ejemplo y su nombre, y cuando nos digan CARLOS FUENTEALBA, nosotros respondamos sin dudar… PRESENTE, AHORA Y SIEMPRE!

2 thoughts on “El Valor de la Valentía y el Compromiso de Carlos Fuentealba

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *