La grandeza de la eternidad obsesiona a los hombres. Y así nos preguntamos: ¿Reverberarán nuestras acciones a través de los siglos? ¿Oirá otra gente nuestros nombres mucho después de que muramos? ¿Se preguntarán quiénes éramos? ¿Con cuánto valor peleábamos? ¿Con qué ferocidad amamos?».Homero, «La Ilíada».
Y también, de la pluma de Homero y en la boca de Ulises, sería esta sentencia: «Si alguna vez cuentan mi historia, digan que viví en los tiempos de Héctor, el domador de caballos; digan que viví en los tiempos de Aquiles, el de los pies alados… he caminado con Gigantes…»
Si hubiera un Homero que escribiera la historia de nuestros días, lo haría del mismo modo, aunque los nombres son distintos y no se trata de una Troya sitiada, ni mucho menos una guerra, el Campeonato de Fútbol en Doha tuvo todos los condimentos de una Ilíada y de una Odisea!!!
Y el triunfo de nuestra Selección nos llena de orgullo y nos celebramos de ser contemporáneos de los extraordinarios jugadores Argentinos. Una de las razones por las que esto se produce es la «EMPATÍA» mutua que se ha generado con los jugadores, por su juego y por sus historias…
Cómo no conmoverse con la juventud y la frescura de Julián Álvarez y Enzo Fernández; con la dedicación de Tagliafico, Acuña, De Paul, Otamendi y el Cuti Romero; con la garra de Mac Allister, Molina, Paredes, Gómez, Martínez y Montiel; con el aporte y la resignación de los que jugaron poco o no lo hicieron como Pezzella, Dybala, Rulli, Armani, Foyth, Almada, Correa, Martínez, Rodriguez, Palacios; cómo no empatizar con la sincera tosquedad del «Dibu Martínez» sus increíbles atajadas y una historia de sacrificio; cómo no estar conmovido con el «corazón» del «Fideo Di María» y la autenticidad de sus emociones… y cómo no sentir la pasión de Lionel Messi… un jugador de extraordinarias cualidades, pero también una gran persona y como todos los demás con su historia de sacrificio… pero que además lleva sobre sí la carga de su propia fama, por lo que está siempre en el ojo del huracán de nuestras emociones… y detras de todos esos jugadores, manejando los hilos del funcionamiento del equipo, el Director técnico y sus ayudantes que dieron sobradas muestras de saber lo que hacían, los señores Lionel Scaloni, Walter Samuel, Pablo Aimar, Roberto Ayala y Martín Tocalli… y seguramente algunos más que estoy olvidando… todas personas comunes, que salvo por tener una vida más acomodada (porque el fútbol en su nivel lo permite) son iguales a nosotros… con sus alegrías y sus pesares…
Pero porqué, si me esfuerzo por mostrarlos normales como nosotros, también los comparo con los grandiosos héroes de los poemas de Homero?
Justamente por eso… porque al mostrarse como personas corrientes, podemos ver también la magnitud de su logro… y si lo pensamos bien, más allá del logro final de alzar la copa y todo lo que ello conlleva, cuantas enseñanzas nos dejaron estos muchachos de la Scaloneta…
Recordemos que el inicio del Director Técnico Lionel Scaloni fue muy criticado, sin embargo siguió adelante con sus convicciones, y en este mes con toda su «SCALONETA» demostró muchas cosas…
Dio muestra de una gran capacidad para superar el fracaso, que está basada en una preparación sería y responsable.
Se animaron a cambiar de paradigmas o tenían varios a los que se adaptaban perfectamente.
El esfuerzo, la colaboración y el trabajo en equipo fue la condición «sine qua non» con la que marcaron la diferencia.
El tezón y la humildad estuvieron de la mano, (esta última muy poco común entre los astros futbolisticos) y al momento de festejar la familia y los amigos ocuparon el primer lugar…
Muchas cosas que deberíamos imitar y tener en cuenta…
En esta industria sin chimeneas que es el Fútbol, la sociedad nos va dando la materia prima, y cada tanto aparece un diamante gigante con un brillo fulgurante… Los Argentinos de mi edad (del 60 para atrás) tuvimos el privilegio de ver el Talento de Kempes en el 78, la Prodigiosa gambeta de Maradona en el 86 y la Magia de Messi en este 2022…
Y ahora, terminado el mundial, «SOMOS CAMPEONES»… somos campeones? No nos confundamos… ellos son los Campeones… La Scaloneta que representa a la Argentina es la que ostenta el título, a nosotros nos corresponde la Alegría de festejarlo y la responsabilidad de no caer en la Soberbia de creernos mejores que los demás, porque nos quedan otros partidos por ganar… y no son de Fútbol, pero podemos hacerlo si actuamos como la Selección… con DEDICACION, COMPROMISO, SACRIFICIO, SOLIDARIDAD Y AMOR A LA PATRIA!! Y así honraremos haber vivido en los tiempos de la Scaloneta… pero también de Maradona, de Ginobili, de Scola, de Gabi Sabatini, Lucha Aimar, «Peque» Paretto, Guillermo Vilas y tantos más que han dejado una huella indeleble en nuestros corazones…