Hilda de Godeken

Bien podríamos decir que existe una sociedad entre las flores y los libros.
Quizás porque porque ambos pasan por un proceso de elaboración y en un momento dado surgen con la belleza de las cosas naturales…  la flor es  efímera pero su recuerdo permanece, la tenue presencia de su aroma nos trae su imagen fresca y radiante. Con los libros pasa algo parecido, pueden dejarnos una extraordinaria impresión, que se diluye al terminar la lectura, pero una frase o una expresión,  tal vez una imagen nos regresan a la historia o a los temas de un libro bien leído…
Otra relación, bien puede ser con los árboles, no por ser los que proveen el papel sino por la fortaleza que representan… cada libro que leemos nos hace fuertes como cada árbol que crezca nos dará sombra y refugio…
El Libro y el Árbol se ofrecen generosos y plenos… aunque necesitan riego y buen trato, no lo reclaman…
Sería justo que cada Biblioteca tuviera en su frente un jardín, o un parque en su cercanía, para poder sumergirse en la lectura en medio de la frescura de las flores y el aire puro que nos garantizan los árboles… allí mismo o desde la ventana….
Los misterios de Dios son esos… los de crear belleza y fortaleza en la naturaleza… y la chispa en el ser humano para contar su historia y las historias por venir…
Pero también,  ese soplo divino está en personas que nos parecen comunes y corrientes, pero que hacen la diferencia… son como Ángeles que se ocupan de los pequeños detalles…
Tal es el caso de Hilda…
Ella supo hacer el trabajo, quizás por un designio divino, de hermosear este jardín… para que al entrar o salir de la Biblioteca se pueda disfrutar de la vista, tanto como de la lectura.
Invariablemente la vida de las personas es de luces y sombras, todos pasamos por alegrías y tristezas, bonanza y dificultad… pero a veces… hay a quienes las penurias le golpean la puerta en cada día…
María Hilda Herrera tuvo sus dificultades, y no fueron pocas, pero supo ser luz en la obscuridad… su espíritu venció las penas y las hizo flores…
No podía ser de otra manera, nacida con la Primavera, hoy cumpliría 83 años…
Podemos pensar lo injusto de su partida, pero es seguro que Dios la precisaba para su Jardín… por muchos años nos prestó un Ángel que nos dejó lecciones en cada parte de nuestro Jardín… y en cada Árbol que plantemos, cada planta que cuidemos, cada almácigo que reguemos, será Hilda que regresa en Flor para nosotros…
Será Hilda… de Godeken… que nos guía a la Lectura, a la Alegría… y a la Ternura…
Hilda… de Godeken

2 thoughts on “Hilda de Godeken

  1. Muy lindas palabras hacia mi bisabuela Hilda , que fue una de las que me crio y estuvo siempre , como decias no esperábamos esa muerte pero bueno las cosas pasan por algo….
    Te mando un saludo grande.

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