Me he preguntado siempre porque le ha gustado tanto este Soneto, (que se llama así … «SONETO») a mi papá dado que él era un matemático… y descubrí que la poesía, especialmente los Sonetos guardan una relación directa con los números:
14 versos en endecasílabos (versos de once sílabas) organizados en 4 estrofas: 2 cuartetos (4 versos) y 2 tercetos (3 versos)
La rima, que es el maravilloso cantito de todas las poesías, al describirla parece una ecuación matemática:  ABBA:ABBA, para las primeras estrofas  y las combinaciones CDE:CDE, CDE:DCE, CDC:DCD, para las segundas… Con cada letra se representa el final de cada verso…
Y esta podría ser la explicación de su inclinación por la poesía… Pero como el «Profe»(mi papá) era un lector incansable y un permanente pensador… siempre tenía una reflexión sobre las cosas de la vida…  y siempre sostenía que el conocimiento de los números y las aventuras que ellos tienen en sus sumas, divisiones, multiplicaciones, raíces, logaritmos y otras yerbas, son base fundamental para aprender a pensar y a entender, no sólo las cosas de las personas, sino también la historia de la naturaleza y la naturaleza de las cosas… Y así comprender que la luna, bien puede ser de queso verde… que el tiempo es relativo, que en cada cosa hay un número, que en cada cuenta hay una idea y en cada idea esta la maravillosa posibilidad de compartir… Y ese compartir nos debe llenar de alegría…
Entonces comprendo el Soneto… Y su apego a el… Porque es raíz y savia, es tristeza pero también alegría… Y aunque es sufrimiento es mucho más el goce…
Hoy era el cumpleaños… Y serían como 91 (porque era modelo 29 como solía decir) y lo recuerdo en este Soneto como lo que fue… Y siempre será para nosotros… RAÍZ Y SAVIA…