Llega la fecha a la que le damos a todo forma de corazón y nos esforzamos en un regalo que compense nuestras faltas y asegure nuestro amor… flores, pañuelos, chocolates, artesanías, portarretratos… hasta prendas y sombreros son aceptados… no valen electrodomésticos… salvo que sean muy grandes y no signifiquen trabajo… podrían ser televisores, computadoras, tablets… en Japón, son los hombres los agasajados. La tradición propone regalarles chocolate pero, ojo, depende de cuál recibas sabrás qué tipo de amor están demandando. Si te regalan Giri-Choko, no existe un interés romántico. Es el que que suelen recibir amigos, padres o jefes. Pero si recibes Honmei-Choko, entonces sí que la propuesta va más allá.
Y todo comienza antes, (tenés que estar enamorada/o)… para desembocar en el famoso San Valentín… y como comienza antes, te voy a contar…
La leyenda de San Valentín, se remonta a mediados del Siglo III, cuando reinaba Claudio II como emperador de Roma… Y ese tal Claudio «el Gótico», no gustaba mucho del cristianismo… parece ser que esta religión intentaba organizar las relaciones de los amantes con el matrimonio… y le casaba a los Soldados! Entonces estos no ponían tanto empeño en andar cortando cabezas ocupados por sus Compromisos y Pasiones Matrimoniales…
Valentín, una especie de médico que se hizo sacerdote cristiano, tenía por costumbre casar a los soldados en las catacumbas de Roma … y fue descubierto por Claudio quien lo mandó decapitar…
Mientras estaba preso esperando su destino conoció a la hija del juez de la prisión y la pobre era ciega… Valentín (seguramente prendado de la belleza de la muchacha) y piadoso como era, rezó por ella pidiendo que recuperara la vista… Y la leyenda dice que le dejó un papelillo a la joven para que lo lea, ella sin entender el motivo ya que era ciega abrió el papel y por primera vez logró ver… y lo primero que vio era una frase que decía «Tu Valentín» como forma de despedida…
Valentín, por supuesto, fue ajusticiado… pero su leyenda de amor creció y la Iglesia Católica, buscando hacer desaparecer las celebraciones lupercales comenzó a celebrar la vida noble de Valentín como representación del amor entre las personas…
En la segunda mitad del siglo XX la misma iglesia lo quita de la liturgia… claro, tiempos de avances científicos, tiempos de racionalidad… hay que explicar que la destinataria del amor de Valentín pudiera leer si nunca vio, o supiera leer, cuando tal conocimiento estaba vedado para las mujeres…
Como sea, el legado de San Valentín, es una heredad aún mayor que una liturgia, no necesita de garantías o explicaciones cientificas, supera cualquier cuestionamiento y está en el nuevo y único mandamiento de Jesús… el AMOR … es la verdadera causa por la que la humanidad se mueve y se direcciona hacia las cosas buenas… eso es teniendo en cuenta lo «Macro»…
Y pensando en lo «Micro», es la causa por la que los «Enamorados» buscan hacer su nido, su espacio para compartir y crecer… su «Lugar»… Y como ya son dos, lo llamarán «Nuestro Lugar»… el «Lugar» desde donde verán crecer el fruto del amor…
Posiblemente estés pensando en regalar un auto deportivo, un yate, una casa en la costa o una mansión en la montaña… pero te digo que cualquiera de esas cosas no aseguran el amor… ese que es genuino… y que es un regalo en sí mismo… que se ve en la mirada, que está en la delicada caricia en el rostro y en el beso suave, casi etéreo…
En el día de San Valentín, y en todos los días es mejor seguir enamorado… Que no te falten sonrisas, que te sobre paciencia, dispensa a los demás de un trato amable y sobre todo… regala amor, que lo mismo que das te será dado…
Y por qué no creer en la fuerza del amor… y tener la certeza de que cada hogar amorosamente esperanzado sea una célula que se multiplique… y…»si logramos que brote el maíz… será un nuevo país…»