Mí Patria Libre

Mayo es el mes de la Revolución,  Junio de la Bandera y Julio… de la Libertad!
Cuando uno lo piensa así se ve simple y hasta parece lógico… porque los actos vienen todos seguiditos, y vamos cuidando la ropa, el uniforme, el guardapolvos… los zapatos bien lustrados y por supuesto, la Escarapela radiante… cuidarse del frío, por si toca decir las palabras, o recitar una poesía, o lo mejor… ser Escolta o llevar la Bandera!
Cuanta emoción, en el frío invernal estar presente en el Acto… entonar las Canciones Patrias, escuchar la vehemencia de los locutores que nos cuentan las historias de ese patriotismo que enamora… y nos invade la empatía… y nos ponemos en el lugar de esos hombres…
Cómo habrá sido…? Además de los debates, acuerdos, desacuerdos, discusiones, para desembocar en el juramento final y estampar las firmas en el Acta que declaraba la Independencia…
Cómo habrá sido…? decía… el viaje de cada uno de los diputados desde sus provincias, cruzando junglas, desiertos, montañas…
A caballo, a lomo de burro o en carretas… incluso a pie, sorteando peligros geográficos y también humanos…
Y al llegar a San Miguel de Tucumán… ¿dónde se habrán alojado, qué habrán comido cada día… quién los habrá atendido, cómo habrán sido sus noches…?
Porque las otras cosas ya las sabemos… la historia nos cuenta de las luchas, los sacrificios… pero dentro de esas historias hay otras más pequeñas, que son las que le dan lustre a la Historia Grande… la de la Libertad…
De 32 había 29 representantes de las Provincias Unidas ese día… todos hombres, por supuesto… costumbre de la época… pero curiosamente, hubo un gesto de inclusión en ese momento, que las pasiones y sed de poder borraron con el tiempo: «Para difundir la noticia de la independencia, el Congreso envió por medio de chasquis, en carreta y a caballo, copias del Acta, de la cual se habían impreso 1500 ejemplares en español y 1500, en Quechua y Aymara».
Si hubieran estado representadas las Provincias del Litoral y las de la Patagonia, seguramente se hubiera traducido al Guaraní y al Mapuche… porque estoy seguro que en el Espíritu de aquel Congreso, donde cada uno de sus integrantes debió ceder o modificar algo de sus convicciones, anidaba la «Igualdad» para poder pensar en una Libertad Verdadera… con las diferencias que puedan ser fruto del aspecto, la forma de vivir o el modo de pensar…
Porque aquel Acta que declaraba Independientes del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli a las Provincias Unidas en Sud América, se refería a «todos» sus habitantes…
Diez días después de esa suprema declaración se le agrega el texto: «y de toda otra dominación extranjera», para que no quede sombra de dudas y nadie pueda apropiarse de lo que no le pertenece…
Paraguay fue invitada, pero ellos desde 1811 no se consideraban una provincia sino una Nación independiente, por ello su dictador José Gaspar de Francia, consideró un insulto la invitacion. Las provincias de la Liga de los Pueblos Libres, la Mesopotamia, Santa Fe y Uruguay tampoco asistieron…  Y aunque en el camino se fue la Banda Oriental, con el tiempo se incorporaron a las Provincias Unidas del Sur para convertirse en la Nación Argentina…
Una Nación de Aymaras, Quechuas y Españoles; de Guaraníes, Mocobíes, Tobas y Pardos; de Quilmes, Diaguitas, Huarpes y Mulatos; de Tehuelches, Mapuches, Ranqueles y Criollos… pero también de Franceses, Ingleses, Italianos y Portugueses…
Y esa Nación libre iluminó la  América… y ya llegaron de todos los rincones del mundo porque era lugar de «Destino y Oportunidad»…
Y vinieron Alemanes, Eslavos, Rusos, Sirios, Libaneses, Griegos, Japoneses y Chinos… muchos eran católicos, otros musulmanes… protestantes, budistas, sintoístas… hubo lugar para todos…
Porque eso es lo que deberíamos ser…
Lo dice el Preámbulo de nuestra Constitución… (deberíamos leerlo más seguido) y hoy lo necesitamos más que nunca… debemos: «constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia»…
En estos momentos  aciagos… por la pandemia… pero más por la incapacidad de encontrar caminos comunes…  sería muy lindo creer que es posible… que con los brazos abiertos esta Patria Libre pueda recibir fraternalmente, por un rato o por siempre, a todos aquellos que quieran seguir construyendo una Nación Justa y Soberana… y podamos festejar la Libertad sin dañarnos… que pese a todo, esta Argentina doliente, sigue siendo «RESPLANDOR y JOYEL»…. y en un gigantesco abrazo, al pie de la BANDERA AZUL Y BLANCA…gritar juntos: VIVA LA PATRIA… y que sea de verdad!!

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