Un día de octubre de 1846, hace más de un siglo y medio, se utilizaría, por primera vez, una maravilla, que parecía mágica, a la que se llamó eter y eliminaba por un tiempo la sensación del dolor… Su descubridor fue un modesto dentista de Boston, EE.UU. llamado William Morton quien diría al terminar la exitosa cirugía que realizó el Dr. John Warren
“Hace 20 años, tuve un curioso sueño. Soñé que descubría una sustancia que aliviaría el dolor físico del ser humano. Y tuve fe en ese sueño. Investigué sin descanso hasta lograr esto que estoy viviendo. Sólo quisiera que llegara a mí otro sueño que represente para el hombre la supresión del dolor espiritual».
Así, de la mano de un Odontólogo, vino uno de los más importantes descubrimientos de las Ciencias Medicas en beneficio de la Humanidad…
De las Ciencias Médicos, la Odontología es la que más se parece a un Arte… pequeñísimos cinceles, diminutas herramientas, van esculpiendo y dando la forma adecuada para cortar y moler los alimentos, mientras que al mismo tiempo les proporcionan fortaleza, blancura y brillo para una deliciosa sonrisa…
En el día del Odontólogo, quiero recordar especialmente a mi abuelo Samuel Braier, quizás uno de los primeros Dentistas de la Región y con el a sus hijos (mis tíos) Benjamín y Jorge… odontólogos como su padre…
Y tengo que agregar una larga lista… muchos de ellos, para mi beneficio, me han dejado con la boca abierta…
Marcos Tufró, Carolina Rocabere, Claudio Belbuzzi, la Doctora Olguín de María Teresa
Herman Kurman… no me ha atendido como dentista, pero con sus riquísimos asados pude comprobar el buen trabajo de otros…
Adrián Catramado de Diego de Alvear
Norma Núñez, Jorge Uribe, Andrea Uribe, Leonardo Uribe, Verónica Núñez y Diego Agustini de Córdoba
Scaglione, Biset, Orsini de Teodelina
Y en la actualidad, hace maravillas con mi gastada dentadura el Doctor Luis Lattini en Venado Tuerto…
A todos ellos y a todos los que me estoy olvidando, muy feliz día!!!