Según lo que suceda y acomodado a como vamos creciendo, solemos decir:
«este fue el mejor día de mi vida»…
Fue cuando: «la maestra me puso un 10»; «El día del primer beso»; «nació mi primera hija» o «el segundo» o «la tercera»… o «cuando nació el primer nieto» ,»la segunda o la tercera» ….
Y hasta el triunfo de otros nos parece el mejor de los días. Como cuando la Scaloneta consiguió «la tercera»…
Claro, todos en su momento nos han producido una felicidad que ha sacudido nuestras emociones llevándonos en un vertiginoso paseo por la euforia de los gritos y la risa a la tranquilidad de las lágrimas…
Pero hay un día en el año, que no necesita ser el mejor día de nuestra vida, sin embargo es aquel en que esperamos renovar la felicidad… porque en él, entre otras cosas se van apilando todas esas felicidades…
Hace dos milenios y 23 años, llegó el Niño con un mensaje… y su mensaje era el concepto de que éramos hermanos e iguales ante Dios… y un mandamiento, el del «Amor»…
A pesar de lo simple que esto parece, ha resultado bastante difícil para la humanidad… sin embargo aún estamos a tiempo, porque en cada niño que nace, Dios renueva la Esperanza que le asignó a aquel, nacido en Belén… Así que en cada Navidad tenemos la oportunidad de redimirnos, y amarnos a pesar de nuestras humanas diferencias…
Ha llegado el 24… Y todos ponemos todas nuestras energías en las humanas necesidades. .. Hacer lindos regalos, preparar ricas comidas, asegurarnos de que todo el ambiente este dispuesto para la venida de aquel al que mucho se le pide y no siempre se le da…
Por supuesto que todo ese esmero esta muy bien. Para muchos esta es, quizás, la única oportunidad que tienen para juntarse, regalarse y regalar… y para la que han hecho un esfuerzo desmedido en todo el año…
El año pasado tuvimos el regalo que nos ha hecho la Scaloneta coronándose campeona del mundo. Este año, los problemas sociales, políticos, económicos son de enorme magnitud y la desazón puede intentar adueñarse y reemplazar al festejo, por las frustraciones, los conflictos, las ausencias… No hay que dejar que esto suceda… pues siempre tenemos a mano un regalo que no debemos olvidar y que aparenta costar muy poco y resulta de infinito valor cuando se lo entrega… en esta ocasión, aunque tenga diferente forma, es imprescindible pero es muy simple… lo practicamos cuando encontramos familia y amigos… cada vez que un seleccionado gana su partido, cuando los hijos se promocionan, hicieron su casa o consiguieron alquilar….
Se trata del Abrazo cargado de amor sincero,  acompañado de una sonrisa y alguna lagrimita por los que no están…
Debemos asegurarnos que sea recibido para así también recibir el nuestro!
Recibe aquí mi abrazo y también el deseo de poder dártelo pronto en persona!
Como cuando armé el arbolito lo cargue con las posibilidades de corregir mis errores pasados… para esta Nochebuena tengo varios pedidos:
El primero es agradecer a los que tienen la paciencia de leer estos escritos, a tantos amigos que me comprendieron, a tantos alumnos que me soportaron, a los  familiares que me han sostenido, a los compañeros de trabajo que me han ayudado, a los compañeros de estudio y tantas otras personas que han pasado por mi vida por alegrías o tristezas y han dejado en ella mucho de la suya…
Otro es poder conservar en mí el espíritu laborioso y recto que me dejaran mi Mamá y mi Papá…
También, en lo que a espíritu se refiere, la capacidad de amar que en más de treinta años me dedicaran Susana, mis hijos Magalí Marcos y Maite y la que recibo ahora de Alejandra.
Deseo que siga viva en mi la ternura que, esos niñitos que nos dicen «abuelo» o algo parecido, mantienen a flor de nuestra piel con sus ocurrencias y picardías… es un buen conjunto que desde la más chiquita Loli, Juli, Emi, Didier a la mayor Clarita… fue llenando de saludable y maravillosa emoción estos últimos 10 años
Mi regalo navideño ha llegado hace unos días pues pude encontrarme en la web con primos que hacía casi 50 años que no nos veíamos… Marisa, «Chela», el «Ruso»… y espero poder regalarnos el encuentro pronto…
El pedido más grande, es el que deseamos todos… mejor dicho, gran parte de la Humanidad (porque todavía hay quienes creen que las guerras resuelven las diferencias) y es que la PAZ llegue a cada rincón de la Tierra…
Y finalmente un gran deseo de que la Felicidad… esa que es simple, de las pequeñas cosas, llegue para «TODOS» y que ese niño de Amor nazca en cada uno como lo dice la Canción de Susana «ESCÚCHAME»
Si tienes un ratito, con la letra precedente prueba cantar con Daniela la canción de Susana… con arreglos e instrumentación del Profe Ruben «Colo» Márquez y su hijo Pablo…
No lo dice, pero te desea una muy Feliz Navidad!!!